Maravillas Díaz en su publicación en la revista electrónica Leeme N° 14 nos dice: "Para potenciar y desarrollar las capacidades de expresión y las necesidades de comunicación que todos los niños y niñas muestran desde el momento de su nacimiento, padres, madres y educadores desempeñan un importante papel. Prepararse especialmente para poder realizar una labor de responsabilidad como es la de ser guía y educador de su sensibilidad musical, es una gran tarea".
Todos sabemos que la escuela no es un espacio para la formación de artistas, pero entendemos que debe ser facilitadora del conocimiento de los lenguajes expresivos por ser estos un importante medio de comunicación y de fomento del espíritu crítico. Es por esto que los invitamos a prestar atención a uno de estos lenguajes: el musical, aún en el caso de que en su formación como docente haya tenido carencias y no haya podido formarse musicalmente como quizás hubiera sido su deseo.
Desarrollo psicoevolutivo del niño en relación con la enseñanza aprendizaje de la música. El comportamiento de niños y niñas ante el estímulo sonoro y ante el aprendizaje de la música, está siendo abordado en estos últimos años por investigadores preocupados por la educación musical. Gracias a estas investigaciones, tenemos constancia de que el bebé, en función del medio musical que se le ofrezca, es capaz de dar diferentes respuestas musicales en su primer año de vida A juicio de (Zenatti, 1991) la educación puede tener una clara influencia en el desarrollo musical del niño. Desde el maternal y la enseñanza preescolar hasta la adolescencia la influencia de un medio educativo pobre o rico sobre el desarrollo es indudable. Por ello, es de gran importancia para el desarrollo musical de niños y niñas, que cuidemos de este medio.
De igual modo, deberemos tener presente que el oído empieza a funcionar desde el 6º mes de vida prenatal y está estimulado por cualquier sonido con consecuencias benéficas sobre el desarrollo de la inteligencia musical (Tafuri, 2000). Será primordial que después del nacimiento del bebé procuremos provocar y estimular cualquier iniciativa como son: gorgojeos, canturreos, vocalizaciones... Seleccionaremos, asimismo mismo, fragmentos de música y cantaremos canciones apropiadas a los diferentes momentos compartidos, logrando de este modo un intercambio musical y afectivo importantísimo para su desarrollo personal.
Para ayudar al docente en la formulación de objetivos, contenidos y evaluación de la enseñanza musical, Swanwick (1991), en colaboración con Tillman, a través del análisis de las composiciones musicales de niños de 3 a 11 años, proponen un modelo en espiral de desarrollo musical en el que se describen ocho modos evolutivos comprometidos en el desarrollo musical (sensorial, manipulativo, personal, vernáculo, especulativo, idiomático, simbólico y sistemático). Por su interés, y en función de la etapa que nos ocupa, haremos una breve referencia a los cuatro primeros modos.
En el primer nivel, llamado “Sensorial”, se considera que el niño desde alrededor de los tres años, está principalmente ocupado con materiales que percibe. Reconoce y explora contrastes claros en los niveles de intensidad, altura, timbre duración o textura y siente placer por el sonido en sí mismo.
Alrededor de los cuatro años cambia hacia un modelo “Manipulativo” en el que identifica los sonidos vocales e instrumentales, tales como los tipos de instrumento, tratando de controlar los sonidos para producir efectos o demostrar el placer de dominar una actividad que puede llevar a cabo con ideas sugeridas por la estructura física de los instrumentos.
De los cuatro a los nueve años, la etapa de imitación, el niño comunica, interpreta y crea sonidos más expresivos. Primeramente lo hará de una forma personal y espontánea (modo “personal”), para pasar hacia los siete u ocho años a utilizar expresiones musicales más estereotipadas, (modo “vernáculo”), analizando y produciendo efectos expresivos, atendiendo al timbre, altura, duración, intensidad, textura y silencio.
Selección de Objetivos y Contenidos
A la hora de planificar nuestra acción docente, deberemos optar por unos criterios de secuenciación que deberán ser acordes con las posibilidades que tienen nuestros pequeños de percibir, comprender y reproducir. Para Carlos Gianni (1998), “Hay expertos en esta actividad de secuenciar músicas para las distintas etapas evolutivas de los chicos. Y hay expertos en destruirlas: son los chicos”. Lo que nos viene a señalar este músico y pedagogo es que algunas de las cosas que están pensadas para el alumnado, no pueden hacerlas, y otras son capaces de desarrollarlas, aunque estén pensadas para etapas evolutivas más avanzadas. Por lo tanto, en ocasiones, serán los propios niños y niñas los que de alguna manera marcarán esta progresión o secuenciación.
Esta posibilidad, en ningún caso significa que no reconozcamos la importancia que tiene la programación. En su elaboración adoptaremos una visión amplia y abierta en función de la complejidad de la música y de los objetivos y contenidos propuestos. Para ello, facilitamos este esquema que recoge diferentes bloques que entendemos son imprescindibles a la hora de programar la educación musical, compartiendo con Akoschky (1998 ) el que “los criterios de selección se orientarán con énfasis hacia la sensibilización musical de niños y niñas, el desarrollo de la expresión, la comunicación y la creatividad, objetivos fundamentales de esta disciplina artística en la educación infantil.”
Referencias bibliográficas
Akoschky, J.(1998). El lenguaje musical en la educación infantil. Eufonía, 25. pp. 25-38.
Gianni, C. (1998). Juego, profundidad, emoción y cambio. Educación Musical: Entre melodías, ritmo y emociones. Novedades Educativas, 64-77.
Huerta, T. (1995). El niño y su destino: reflexión filosófica. En Lenguajes Artísticos. Dirección General de Culturas Populares. Méjico, 77-85.
Swanwick, K. (1991). Música, pensamiento y educación. Madrid. Morata.
Tafuri, J. (2000). El origen de la experiencia musical. Eufonía, 20. 81-92.
Zenatti, (1991). Aspectos del desarrollo musical del niño en la historia de la psicología del siglo XX. En Revista de Comunicación, Lenguaje y educación, 57-70.
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