Muchas veces algunos de los nuevos compañeros docentes de Educación Musical me preguntan sobre: ¿qué hacer con el Área de Expresión Corporal y como aplicarla en el aula?, ¿si solo es coreografía y mimos? ¿Qué temas aborda esta?, ¿qué herramientas pedagógicas aporta?, ¿cómo puede enriquecer el proceso de enseñanza-aprendizaje?, ¿a través de qué ejercicios?
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La Expresión Corporal es la forma más antigua de comunicación entre los seres humanos, anterior al lenguaje escrito y hablado. Es el medio para expresar sensaciones, sentimientos, emociones y pensamientos. De esta forma, el cuerpo se convierte en un instrumento irreemplazable de expresión humana que permite ponerse en contacto con el medio y con los demás.
La Expresión Corporal busca el desarrollo de la imaginación, el placer por el juego, la improvisación, la espontaneidad y la creatividad. El resultado es un enriquecimiento de las actividades cotidianas y del crecimiento personal. Además, enseña a encontrar modalidades de comunicación más profundas e íntegras, lo que repercute en el encuentro con los demás. La Expresión Corporal ayuda a descubrir los mecanismos de funcionamiento de los distintos grupos humanos: equipos de trabajo, alumnos de clase, etcétera.
No basta sólo con entender qué es la Expresión Corporal y cuáles son sus fundamentos teóricos: hay que experimentarla. A través de la propia experiencia, los docentes deben estar preparados para que sus alumnos descubran, también a nivel vivencial, las posibilidades de la Expresión Corporal. Por ello es importante que los aspectos conceptuales sean complementados y reforzados a través de ejercicios prácticos. Después de asimilar tanto la teoría como la práctica, los docentes pueden afrontar sus propias clases con tranquilidad, seguridad, y creatividad, ya que conocerán de antemano los distintos momentos por los que podrán pasar los alumnos y sabrán cómo dirigirlos.
La Expresión Corporal puede ayudar a agudizar la sensibilidad del docente ante la diversidad que presentan sus alumnos y colaborar a que se formen una imagen ajustada de sí mismos. Además, el docente tendrá en sus manos valiosas herramientas para desarrollar actividades de manera autónoma y equilibrada.
Incluso, le ayuda a actuar como facilitador del desarrollo y los procesos personales de sus alumnos.
Se sabe que durante los primeros años del niño, su motricidad necesita desarrollarse. A través de la Expresión Corporal, se puede dar cauce a la espontaneidad y a la tendencia natural al movimiento propio de esta edad. Amplía y enriquece el lenguaje corporal de los niños, fomentando la concienciación y expresión de sus sentimientos.
Debemos preparamos en nuestro quehacer cotidiano como docentes para observar el rol que ocupa cada alumno en el grupo y promover la cooperación y el respeto. Un objetivo es aprender a crear las condiciones para que todos tengan su lugar y oportunidad en la clase. Los contenidos deben plantearse con una estructura clara y con ejercicios que ilustren en la práctica su aplicación, reflexionando sobre los procesos artísticos, científicos y técnicos.
Muchas veces en las reuniones que hacemos me extraña que, cuando aplico algunas dinámicas de expresión corporal, los comentarios que salen de los compañeros son, ¿y esto para qué sirve?, tal vez porque se sienten totalmente perdidos por el desconocimiento que tienen de este tema y por la necesidad imperiosa de organizar sus ideas.
Sinceramente no creo que leyendo un libro se obtenga este aprendizaje, y es obvio que la formación que se les da en las universidades no es suficiente.
En la actualidad, impartir conocimientos musicales de forma estática ha quedado atrás gracias a la renovación pedagógica, el acompañar el aprendizaje con movimiento hace más divertidas las clases, y esto repercute en el interés y la influencia que ejerce en los alumnos. En cuanto a los que tienen a cargo niños de I ciclo, los encuentran en pleno desarrollo de sus facultades motoras, su creatividad todavía no ha sido eclipsada por la cultura en la que vivimos y su personalidad se va esculpiendo influida por todas las experiencias que tengan. Estos profesores también necesitan como herramienta la Expresión Corporal.
Como deben Ser las Clases de Educación Musical con Expresión Corporal:
• El autoconocimiento. Para el comienzo de la clase se recomiendan los ejercicios de autoconocimiento corporal para que los alumnos aprendan a conocer y sentir sus cuerpos con los cuales se van a expresar y comunicar. A continuación, se puede seguir con ejercicios de grupo dinámicos y participativos que tengan el juego como estímulo.
• La música. Es muy importante que la música que utilicemos invite a estar atentos y a participar. Hay muchos factores a tener en cuenta para realizar una buena elección musical.
• Participación. Es conveniente que con principiantes, los ejercicios sean totalmente dirigidos. Sin embargo, con el paso del tiempo las propuestas deben ser cada vez más abiertas, dando lugar a que los alumnos aprendan a desenvolverse con autonomía.
• Objetos. Los elementos son una buena excusa para comenzar con la improvisación, ya que facilitan la búsqueda de movimientos, formas, manejos, figuras y maneras de relacionarse con el otro. En los grupos o personas con dificultades, son muy útiles como objetos intermediarios para facilitar la apertura hacia el mundo externo.
• Palabras. Es importante buscar el momento adecuado para comentar con el grupo lo que cada uno ha sentido durante un ejercicio. "Poner palabras", a lo experimentado ayuda a que los alumnos elaboren lo sucedido y da pautas a los docentes para seguir la evolución de cada uno y del grupo, para así decidir los caminos a tomar en futuras clases, son los alumnos los que nos guían en cuanto a la evolución de las mismas.
"Creo que como educadores tenemos en cuenta que el verdadero aprendizaje, es el que se realiza a través de la experiencia, sólo después de haber pasado por ella, podemos transmitirla".
Lic. Oscar Mora Chinchilla
Asesor Regional de Educación Musical
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